En Alemania, miles de trabajadores de Volkswagen se declararon en huelga este lunes, después de que la compañía anunciara planes de cerrar tres plantas y recortar las pensiones.
“Las huelgas de advertencia comenzarán el lunes en todas las plantas”, afirmó Thorsten Gröger, que dirige las negociaciones sindicales con el gigante automovilístico alemán.
“De ser necesario, esta será la disputa salarial más dura que Volkswagen haya visto jamás”.
Decenas de miles de empleados del sindicato IG Metall dejaron de trabajar a las 9:30 a. m. (hora local). La huelga durará dos horas, un proceso que se repetirá en el turno de tarde. Se espera que Gröger y la líder del Consejo de Trabajadores, Daniela Cavallo, se dirijan a la multitud frente a la planta principal de la empresa en Wolfsburg.
La medida es una respuesta a recortes presupuestarios de 18.000 millones de euros (19.000 millones de dólares) del fabricante de automóviles en dificultades, que incluyen cambios importantes en su generoso plan de pensiones y el cierre, sin precedentes, de tres plantas en Alemania.
Gröger denunció que “Volkswagen ha incendiado nuestros convenios colectivos” y que la dirección de la empresa ahora “arroja bidones de gasolina abiertos”.
“Lo que sigue ahora es el conflicto que provocó Volkswagen: no lo queríamos, pero lo llevaremos a cabo con el compromiso que sea necesario”.
Retracción económica en Alemania
Los problemas en Volkswagen reflejan las luchas que enfrenta la potencia económica de la eurozona.
La economía alemana, fuertemente exportadora, ha estado sufriendo en los últimos años debido a la disminución de los pedidos industriales.
VW, por ejemplo, ha visto cómo su otrora lucrativo mercado chino se contraía rápidamente a medida de que los vehículos eléctricos de producción nacional se volvían más populares allí. Además, los inminentes aranceles de la UE sobre los vehículos eléctricos chinos han generado temores de medidas de represalia.
En octubre, VW informó una caída del 64 % en sus ganancias del tercer trimestre. Otros fabricantes de automóviles alemanes, como BMW y Mercedes Benz, también han registrado pérdidas importantes.